Son muchas las causas por las cuales se produce una caída de cabello y, una de ellas es, sin duda, los cambios en el organismo por los que pasan las mujeres a lo largo de su vida. De hecho, es una de las más comunes. Las hormonas tienen un papel importante en el funcionamiento y equilibrio de numerosos órganos y sistemas del cuerpo humano y algunas, como la testosterona o los estrógenos, influyen directamente en problemas capilares. La buena noticia es que se trata de pérdidas temporales que tienen fácil solución. Donde más suelen darse estas alteraciones en el ciclo de crecimiento del pelo es durante el embarazo, tras el parto y en la menopausia.
El pelo durante el embarazo: aumento de estrógenos
Nuestro sistema hormonal es muy sensible y reacciona al más mínimo cambio. Los estrógenos son las hormonas femeninas por excelencia que se originan en los ovarios y en las glándulas suprarrenales. Un aumento de estas durante el embarazo suele ser sinónimo de una bonita y densa melena. Es lo que les ocurre a muchas embarazadas. Esto se da porque ese incremento provoca un retraso en los ciclos del folículo piloso –fases anágena y telógena–, lo que retarda la caída diaria espontánea y hace que haya más cabello en la cabeza.
¿Qué le ocurre al cabello tras el parto?
Sin embargo, tras el parto, ocurre todo lo contrario. La disminución significativa de los estrógenos, como consecuencia de la finalización del embarazo, en el organismo de la mujer en este momento fuerza al pelo a pasar a un período de reposo prolongado, ocasionando una etapa de pérdida capilar temporal, lo que se conoce como alopecia o efluvio telogénico postparto. Por lo general, suele durar entre tres y seis meses y, una vez pasado este tiempo, el cabello retoma su ciclo normal de crecimiento.
Menopausia y cabello: estrógenos y testosterona
Aunque es en la menopausia donde las mujeres suelen apreciar una mayor caída del vello. En esta época, se produce una reducción significativa de los estrógenos, mientras que los niveles de testosterona (hormona masculina también presente en el sexo femenino) se mantienen estables o, incluso, tienden a incrementarse. Y precisamente estos últimos no favorecen el crecimiento del pelo.
¿Sabías que, pese a ser una hormona sexual masculina, los ovarios y glándulas suprarrenales de las mujeres también producen testosterona?
La consecuencia es, por tanto, una mayor caída del cabello provocando, sobre todo, un adelgazamiento del grosor del vello en todo el cuero cabelludo. A pesar de ser un problema frecuente, no todas las mujeres se ven afectadas por esta pérdida capilar, o al menos no todas en la misma medida. Influyen además otros factores, como la herencia genética o el estado en el que se encontraba el pelo antes de esta fase.
En cualquier caso, estas situaciones de caída de cabello son temporales y, una vez terminadas las etapas de menopausia o unos meses después del parto, el crecimiento del vello debería volver a su estado normal. Pero si el problema persiste, es conveniente hablar con un especialista. El equipo profesional del Doctor Antonio Burgos podrá estudiar cada caso para aplicar la mejor solución personalizada, como un medicamento vasodilatador empleado en el tratamiento médico capilar, que acelera la regeneración del pelo, ralentizando su pérdida y fortaleciendo los cabellos miniaturizados, o el injerto capilar con la técnica FUE (Follicular Unit Extraction), tras haber realizado un correcto diagnóstico del paciente.