No hay duda de que la calvicie siempre se ha considerado un problema de salud de los hombres, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, se calcula que una de cada tres mujeres sufrirá, a lo largo de su vida, la caída excesiva de su cabello. Cierto es que, en determinadas ocasiones, como en otoño, aumenta la pérdida de pelo. Pero si esto se produce de forma continuada y la persona que lo sufre ve como pierde más de 100 cabellos al día, el Doctor Antonio Burgos recomienda acudir cuanto antes a un especialista para valorar la gravedad de la situación.
Al contrario que ocurre con la caída capilar en la alopecia masculina, las mujeres comienzan a perder el pelo desde la parte superior de la cabeza. Así, la disminución se produce desde la zona central hacia los lados. Por tanto, la calvicie androgenética femenina no puede medirse de la misma forma que en los hombres. Al igual que la escala Hamilton-Norwood (escala NW) es la clasificación empleada para los hombres que notan una pérdida de pelo constante, en el caso de las mujeres se utiliza la escala Ludwig; un método que ideó el doctor Erich Ludwig en 1977 y que se divide en tres niveles basados en la densidad del cabello.
Diagnóstico de la alopecia en mujeres
Tipos de alopecia femenina
Tipo I
En esta primera etapa se producen los primeros episodios de caída del cabello o este se vuelve más fino. Es cuando la mujer comienza a perder pelo en la parte posterior de la cabeza, aunque aún no se aprecia en la línea central. Es en esta fase en la que es necesario acudir al médico para poder atajar cuanto antes el problema, puesto que si se comienza el tratamiento a tiempo, incluso pueden revertirse los efectos.
Tipo II
En este nivel, el volumen ha descendido de forma sustancial. Los cabellos se han debilitado aún más y es más evidente a simple vista la alopecia, puesto que se produce un retroceso considerable de la línea media y deja una gran superficie sin pelo que llega hasta la coronilla.
Tipo III
La alopecia en esta fase es severa. La mujer suele mantener una pequeña línea frontal de pelo, pero la pérdida es considerable en toda la parte superior de la cabeza, así como en la coronilla. No obstante, es poco frecuente encontrarse con casos que hayan llegado a este grado.
Soluciones a la calvicie femenina
Si la mujer acude al médico al primer síntoma, es probable que se encuentre en el nivel I, por lo que el especialista podría realizar un tratamiento médico capilar con fármacos capilares específicos –un medicamento vasodilatador que fortalece los cabellos miniaturizados y estimula la papila dérmica– o los que permiten ralentizar la caída y mejorar la miniaturización del cabello–. Pero en el caso de estar en el nivel II o III, la solución pasa por el injerto capilar.
FUE Patchy, injerto capilar sin rapar
En el caso de las mujeres, el mejor método es la técnica de trasplante capilar FUE Patchy, similar a la FUE (Follicular Unit Extraction), pero con la salvedad de que no es necesario el rapado del cabello de la zona donante –área de la que se extraen las unidades foliculares para su posterior injerto en la zona a repoblar–. Se trata de una cirugía apenas invasiva que está indicada, sobre todo, para las personas que tengan el pelo largo y que no quieran afeitarse. Con este procedimiento, se realiza el rapado de finas líneas en la cabeza, ocultas bajo el resto de la melena, y de donde se retiran los folículos. Una vez extraídos, el profesional especializado en tricología procederá a la implantación de los microinjertos en el área receptora. Los cuidados postoperatorios a la intervención son los mismos que se aplican con la técnica FUE.